Las nuevas estimaciones sobre problemas de salud mental realizadas por la OMS y publicadas en The Lancet, señalan que una de de cada cinco personas que viven en zonas de conflictos presenta consecuencias.
De acuerdo a la agencia de la ONU, 22% de las personas que viven en zonas de conflicto presenta depresión, ansiedad, desorden de estrés postraumático, desorden bipolar o esquizofrenia, mientras que 9% tiene un problema mental de carácter moderado a severo.
Según los autores de la investigación, la depresión y la ansiedad aumentan con la edad en los entornos de conflicto, mientras que la depresión suele ser más común entre las mujeres.
“Estoy segura de que nuestro estudio ofrece las estimaciones más precisas disponibles actualmente de la prevalencia de los problemas de salud mental en áreas de conflicto”, dijo la principal autora del estudio, Fiona Charlson, de la Universidad de Queensland (Australia) y el Instituto para Evaluación y la Medición de la Salud (EU) de la Universidad de Washington.
“Cuando existe la voluntad política, las emergencias pueden ser catalizadoras para forjar servicios de salud mental de calidad y sostenibles que sigan ayudando a las personas a largo plazo”, afirmó Mark van Ommeren, otro de los autores y miembro del Departamento de Salud Mental de la OMS.